«No lo entiendo», susurró Jack, con voz temblorosa. «¿He imaginado la muerte de Elise de alguna manera? ¿Ha estado ahí fuera todo este tiempo mientras yo la lloraba?» Parpadeó rápidamente, tratando de contener las lágrimas que brotaban de sus ojos. Kim le ofreció una sonrisa tranquilizadora. «Estás abrumado, Jack, pero tiene que haber una explicación lógica. Deberías hablar con ella. Tal vez ella sepa algo que pueda ayudarnos a darle sentido a esto»
Antes de que Jack pudiera responder, Kim tomó el mando, abriéndose paso de nuevo por el pasillo. «Te acompañaré», afirmó con firmeza. Jack sintió una oleada de alivio ante su decisión porque no estaba seguro de cómo manejar la situación. Con un gesto de gratitud, se agachó junto a la misteriosa mujer.