Un piloto ve a su mujer en el avión, pero se da cuenta de un detalle desconcertante

A Jack le dio un vuelco el corazón. Parpadeó, intentando comprender lo que estaba viendo. «Esto tiene que ser un error», susurró en voz baja. «Ella no debería estar aquí» Sin embargo, la vista desde la cabina era inconfundible.

Entrecerró los ojos, centrándose en su rostro. Esos cálidos y familiares ojos marrones, los mismos de los que se enamoró. Pero algo no encajaba. No, no podía ser. Volvió a mirar. Y volvió a mirar. ¡IMPOSIBLE! Quiso gritarle, pero las palabras se le atascaron en la garganta. Sus manos temblaban ligeramente sobre los mandos. Lo único que podía hacer era mirar en un silencio atónito.

La mente de Jack estaba llena de preguntas. ¿Es realmente ella, o sólo estoy imaginando cosas? Quizá deseo tanto que esté aquí que empiezo a verla, pensó. Pero, ¿y si realmente es ella? Eso implicaría… Luchó contra una repentina oleada de emoción, negándose a creer lo imposible. Sin embargo, de lo que Jack no se daba cuenta era de que ese vuelo estaba a punto de desvelar un secreto, uno que podría cambiar todo lo que creía saber.