Así que busca qué le hace cosquillas a tu cachorro, por ejemplo, una golosina sabrosa o un buen masaje en la barriga. Al igual que nosotros, cada perro tiene sus propios gustos: a algunos les encanta un juguete nuevo que chirríe, mientras que otros solo quieren oír «¡buen chico!». En cualquier caso, ¡tenga a mano esas golosinas!
Claro, es un dolor para limpiar de nuevo, pero piensa en ello como parte de las alegrías de la propiedad del perro. Si no estás preparado para la tarea, un cachorro podría no ser la mejor opción. Pero entonces, ¿quién nos daría esos felices meneos de cola al llegar a casa?