¡La foto perfecta de un fotógrafo de bodas lleva a un descubrimiento que lo cambia todo!

Esa tarde, Oliver se apresuró a recoger a su sobrina Hailey del colegio. La niña de ocho años estaba habladora y enérgica como de costumbre, contándole a su tío todo lo que se había perdido desde la última vez que la vio. Oliver hizo todo lo posible por escuchar con atención, pero su mente no dejaba de pensar en la sesión de fotos de la boda.

Se dio cuenta de que ya no podía explorar el lugar ni probar la iluminación. Tendría que confiar en sus habilidades e instintos para conseguir las tomas perfectas para el gran día de la pareja. Tras llegar a casa de su hermana, Oliver se apresuró a acomodar a Hailey y le aseguró que volvería por la tarde. Ahora tenía cosas más importantes de las que preocuparse, como conseguir las mejores fotos de la boda. No sabía que pronto desearía haberse quedado en casa.