Tenía la cabeza baja y los hombros encorvados, como si tratara de hacerse lo más pequeño posible, de desaparecer por completo de su vista. Los ojos de Kristen se detuvieron en él, con la mente acelerada. Y entonces, algo llamó su atención. Algo sutil pero profundamente aterrador. Su uniforme.
Se le cortó la respiración. No lo había notado antes, en el apuro de la situación, pero ahora, parada aquí, era imposible ignorarlo. Las insignias. Las insignias. Los parches de rango. No encajaban. No pertenecían a un veterano del ejército. De hecho, ni siquiera pertenecían al ejército.