Le tocó suavemente el hombro, inclinándose para que su voz no llegara demasiado lejos. «Disculpe», empezó, con un tono tranquilo pero cargado de urgencia, tratando de encontrar las palabras adecuadas para el peso del momento.
«Hay una situación – un pasajero en el asiento trasero necesita primeros auxilios. Pensé que tal vez… ¿tal vez podrías ayudar?» Durante un breve y angustioso instante, el rostro del hombre permaneció impasible. No parpadeó, no reaccionó, y el silencio entre ellos se prolongó dolorosamente. Entonces, su expresión parpadeó.