La mente de Kristen se aceleraba y su corazón latía con más fuerza a cada segundo. Alguien estaba herido. ¿Qué podía hacer? La impotencia se apoderó de ella: no era médico. No tenía conocimientos médicos ni formación. El equipo médico de urgencias aún no había acudido.
Mientras estaba allí de pie, sin saber qué hacer, oyó hablar a la gente que estaba cerca. Mencionaron a un veterano en el avión, alguien que podría ayudarla. Una idea la asaltó en medio del caos: «Aquí está. Esta podría ser la respuesta»