Derrotada pero decidida, se dirigió a los archivos municipales con la esperanza de encontrar algo tangible: un registro antiguo, un artículo de prensa, cualquier cosa. Revisó montones de documentos polvorientos, pero su búsqueda la condujo a historias fragmentadas sobre condiciones meteorológicas extrañas y luces raras, pero nunca a nada concreto.
No dispuesta a rendirse, Theresa fue a la biblioteca local. Pasó horas rebuscando en los registros de la ciudad, escudriñando las páginas amarillentas de una historia olvidada. Pero cada pista parecía un callejón sin salida. Nada coincidía con lo que había visto y presenciado aquel día en la escuela.