Una misteriosa luz en el cielo conduce a este profesor a un oscuro secreto escondido en el bosque

Su mente se agitó y el miedo le oprimió el pecho. Se arrodilló junto a cada niño, comprobando su pulso y su respiración. Estaban vivos y no presentaban signos aparentes de daño, pero seguían inconscientes.

Los minutos pasaban mientras Theresa intentaba en vano despertarlos, con las manos temblorosas a cada intento. Pasaron varios minutos angustiosos, su mente se arremolinaba de miedo. Entonces, como el parpadeo de un recuerdo olvidado, uno de los niños se despertó. Lentamente, sus ojos se abrieron.