Un camionero se venga de la mujer adinerada que le bloqueó la carretera

Y esta vez, no se trataba de unos cuantos mensajes insignificantes de sus amigas sobre qué ponerse o actualizaciones de sus influencers favoritas. No, esta vez era algo serio, algo que no podía ignorarse…

Cuando por fin cogió el teléfono, prácticamente le ardía en la mano. La pantalla estaba abrumada por el enorme volumen de mensajes y mensajes de texto, y apenas podía entender lo que estaba pasando. El pánico y, al mismo tiempo, la excitación se apoderaron de ella mientras intentaba averiguar qué había causado este repentino aumento de actividad y qué podía hacer para solucionarlo.