Con el nombre de la mujer anotado en su cuaderno, David fue a su teléfono y buscó sus perfiles en las redes sociales. No tardó mucho en encontrarla y saber más de ella. Mientras miraba sus publicaciones, vio una foto de ella en un coche nuevo que le había regalado su padre. En el fondo de la foto, vio su propia camioneta. Esto explicaba por qué la mujer había sido tan irrespetuosa y no había tenido en cuenta sus necesidades como camionero.
El post iba acompañado de un texto descerebrado que decía: «No podía parar de reírme de la camionera que tenía detrás, que estaba tocando el claxon como una loca cuando me hice este selfie. Es como si no me respetara en absoluto. Es un país libre, ¿no? ¡Qué idiota! Conoce tu lugar en la sociedad, ¡perdedor! Jajaja».