Por suerte, David ya estaba de camino al hospital con Eva, Leo y Sara a cuestas, dada la falta de niñera. Pero esto no era tan malo en absoluto. Al abrazar de nuevo a sus bebés, Emily sintió que volvía una cierta normalidad. Sin embargo, este breve momento de felicidad pronto se vio ensombrecido por la llegada de cuatro médicos con graves noticias.
Sus expresiones eran graves y David podía sentir la tensión eléctrica que impregnaba la habitación. David podía sentir la tensión en el aire. «Emily, hay un asunto importante que debemos discutir», inició uno de los médicos. «En tu ecografía, hemos detectado algo. Te pedimos disculpas, pero su naturaleza sigue siendo incierta» Una oleada de confusión invadió a Emily ante esta revelación.