Una mujer en una cita de Tinder se da cuenta demasiado tarde de que él no es quien dice ser

El peso de esos seis años seguía aferrándose a ella, haciendo que la perspectiva de volver a salir con alguien le pareciera desalentadora. Pero tras meses de lamentarse, Amelia decidió que había llegado el momento de seguir adelante. Sus amigas la habían animado a probar las citas por Internet, asegurándole que sería divertido y una buena distracción.

Así que, respirando hondo, se descargó la aplicación con la esperanza de empezar de cero. Al principio, la aplicación era abrumadora. Deslizándose de perfil en perfil, se encontró con un desfile de caras poco inspiradoras y presentaciones mediocres.