No pasó mucho tiempo antes de que Vernon viera a los okupas regresar, con expresión tranquila e inconsciente. Su corazón se aceleró de expectación. Vio cómo se acercaban a la casa, esperando entrar de nuevo como si nada hubiera cambiado.
La primera señal de su sorpresa llegó cuando vieron la nueva valla. Intercambiaron miradas confusas antes de intentar saltarla. Vernon no pudo evitar sentir una emoción de satisfacción al verlos luchar, su frustración aumentando con cada segundo que pasaba.