Los okupas ocupan la Casa del Soldado y aprenden una costosa lección

Vernon dirigió a su equipo meticulosamente, asegurándose de que no se pasaba por alto ningún detalle. Reforzaron las ventanas y sellaron todos los espacios que los okupas pudieran utilizar para volver a entrar. Incluso colocaron una valla para que los okupas no pudieran entrar en el patio trasero ni en el césped.

Vernon dirigió a su equipo meticulosamente, asegurándose de que no se pasara por alto ningún detalle. Cuando terminaron, la casa no solo estaba segura, sino fortificada. Vernon se quedó de pie en la puerta, contemplando su casa recuperada.