Cuando llegó el equipo de control de plagas, evaluó la situación e informó a los ocupas de que tendrían que desalojar el lugar al menos una noche para que los productos químicos pudieran hacer efecto. Eso era precisamente lo que Vernon quería
El corazón de Vernon latía con fuerza mientras veía a los okupas salir con una pequeña bolsa y llamar a un taxi. Una vez perdidos de vista, entró en acción con la adrenalina por las nubes. Se acercó al equipo de control de plagas y les mostró su escritura.