Los okupas ocupan la Casa del Soldado y aprenden una costosa lección

Cuando los agentes se marcharon, Vernon se quedó de pie, hirviendo de rabia e impotencia. ¿Cómo podía ocurrir esto después de todo lo que había sacrificado por su país? La injusticia de la situación era casi insoportable.

Al volver a casa de sus padres, Vernon sintió una abrumadora mezcla de rabia y derrota. Le habían robado su hogar, su santuario, y el mismo sistema por cuya protección había luchado parecía estar fallándole.