Una cosa estaba clara: estaba sobrepasado. John decidió que necesitaba la ayuda de un experto y cogió el teléfono. Mientras esperaba a que atendieran la llamada, no podía evitar la sensación de que su vida tranquila y predecible estaba a punto de dar un vuelco.
Cuando colgó el teléfono, recordó la rutina de la mañana y se dio cuenta de que su tranquila existencia quizá se estaba viendo alterada por primera vez en años. Eso le hizo sentir una inexplicable mezcla de ansiedad y excitación, mientras esperaba a que llegara el experto y aclarara el inesperado giro que había tomado su día.