Miles de preguntas se apoderaron de la mente de Sam y quería averiguar las respuestas a todas ellas. Finalmente, reunió el valor para seguir caminando.
Tenía que resolver este misterio. Cuando dio otro paso, su corazón empezó a acelerarse. Vio que los ojos del Sr. Smith estaban llenos de miedo. Parecía asustado e inquieto. Pero lo que le pareció más inusual fue la velocidad del autobús.