Una madre soltera y sus hijos en un restaurante no se dan cuenta de que hay un hombre sentado detrás de ellas

Mientras las preparaba, Brianna sintió un vacío desgarrador en el pecho. El peso de su soledad y de sus problemas económicos era asfixiante. Anhelaba tener a alguien en quien apoyarse, alguien con quien compartir las cargas de la paternidad. Pero apartó esos pensamientos y se centró en la felicidad de sus hijos.

Subieron a un autobús abarrotado, Brianna aferraba con fuerza su gastado bolso mientras calculaba cada céntimo que le quedaba. El trayecto hasta el centro comercial se le hizo más largo de lo habitual, su mente se agitaba con la ansiedad de no saber cómo iba a afrontar los días venideros. Pero se negaba a que sus hijos vieran su miedo.