«Lo sé, cariño», dijo Brianna en voz baja, tratando de mantener la voz firme. «Pero esto es todo lo que podemos permitirnos ahora mismo. Te prometo que te compensaré cuando pueda» Las palabras parecían vacías incluso para ella, y las expresiones de descontento de sus hijos no hacían más que aumentar su sentimiento de culpa.
Lucy resopló, sacudiendo la cabeza. «No es justo, mamá. ¿Por qué no le regalan otra cosa a Adrian? Es su cumpleaños» La voz le temblaba ligeramente y Brianna sintió una gran tensión en el pecho mientras intentaba encontrar una forma de calmar la situación.