Una madre soltera y sus hijos en un restaurante no se dan cuenta de que hay un hombre sentado detrás de ellas

Cuando Brianna se enderezó, vio al hombre de la camiseta blanca que se quedaba fuera de la juguetería. Tenía los ojos clavados en ella y una mirada atenta e inquietante. Una oleada de inquietud la invadió. ¿Les había seguido desde el restaurante? Por un momento, el corazón se le aceleró.

Brianna se levantó y acercó a Adrian y Lucy. Vamos», susurró, y empezó a caminar hacia el mostrador de la tienda, con pasos largos y apresurados. Su mente iba a mil por hora. Sólo podía pensar en sacar a sus hijos de la tienda y llevarlos a un lugar seguro.

Mientras Brianna se apresuraba hacia la salida, con el corazón palpitando de tensión, una voz grave gritó detrás de ella: «¡Perdone!» Se quedó paralizada, agarrando con fuerza las manos de sus hijos. Lentamente, se dio la vuelta, preparándose para lo que pudiera venir a continuación. En ese momento, Brianna lo supo: lo que estaba a punto de ocurrir lo cambiaría todo.