Los mapaches, impredeciblemente curiosos, planteaban otro desafío. Cualquier movimiento repentino podría asustarlos y alertar a los humanos. Marcus esperó su momento, buscando una distracción. Vio un farol cerca de trapos aceitosos. Un fuego bien colocado podría crear la distracción que necesitaba, aunque conllevaba grandes riesgos.
Se acercó al farol, nervioso. Los delincuentes discutían sobre su próximo botín, tirando a un lado los objetos menos valiosos. Los mapaches correteaban a su alrededor, rebuscando cualquier cosa metálica o reflectante. Marcus respiraba entrecortadamente. Agarró con fuerza la linterna, con cuidado de no alterar la llama antes de tiempo. Un descuido podría acabar con todo.