Marcus era un fotógrafo itinerante de la vida salvaje, siempre en busca de nuevos horizontes. Su cámara había capturado ventiscas árticas, sabanas africanas y brumosas selvas australianas. Sin embargo, los humedales de Fenwood llevaban años en su lista de deseos, atrayéndole con sus rumoreadas maravillas y misterios ocultos.
Marcus había anhelado explorar los humedales de Fenwood desde que tenía memoria, pero el destino siempre parecía interferir en el último momento. Asignaciones inesperadas, compromisos familiares apremiantes y finanzas menguantes conspiraban una y otra vez contra él. Finalmente, se abrió un hueco de diez días en su agenda, que le prometía una aventura de ensueño sin interrupciones.