Un hombre pierde a su cachorro en un pantano: ¡lo que encontró después es increíble!

Al asomarse por un hueco en la pared de la cabaña, su corazón dio un vuelco. Unas figuras se movían en el interior, sombras proyectadas por un farol parpadeante. Los mapaches depositaban su botín a los pies de los humanos. La piel de Marcus se erizó ante la funesta coreografía que se desarrollaba. Esos mapaches se habían llevado a Luna, pero ¿bajo las órdenes de quién?

Se dio cuenta de que cargar contra ellos era arriesgado, pero Luna estaba en algún lugar, aterrorizada y sola. Los pensamientos se agolpaban en su cabeza: si se enfrentaba a los criminales, ¿le superarían en número y sólo iría armado con la desesperación? Finalmente, la adrenalina y el amor por Luna eclipsaron el miedo. Se acercó a la pared en busca de un punto de observación.