Un hombre pierde a su cachorro en un pantano: ¡lo que encontró después es increíble!

Cada vez era más extraño. Más mapaches salieron de entre la maleza, todos ellos con extrañas baratijas en las manos: gafas de sol, teléfonos, objetos brillantes. Subieron por una rampa desvencijada hasta la cabaña. La mente de Marcus daba vueltas. ¿Por qué acumulaban estos mapaches pertenencias robadas? Las alarmas sonaron en su cabeza. Esto apestaba a algo orquestado, no a mera curiosidad animal.

Los pensamientos acelerados de Marcus se concentraron en una posibilidad: la participación humana. ¿Podría alguien estar entrenando a mapaches para robar a visitantes desprevenidos? En su imaginación revolotearon leyendas de redes ilícitas de contrabando. Se preparó y se acercó sigilosamente, con todos sus sentidos alerta ante la presencia de hombres peligrosos acechando entre los silenciosos árboles.