Un hombre pierde a su cachorro en un pantano: ¡lo que encontró después es increíble!

El corazón de Marcus latía con fuerza mientras avanzaba por los pantanos de Fenwood, llamando a Luna a pleno pulmón. Cada enredadera y cada árbol parecían devorar sus palabras, convirtiéndolas en ecos inquietantes. Sin embargo, se negaba a ceder, y su desesperación aumentaba a cada minuto que pasaba.

Los lugareños le habían advertido de que estos pantanos estaban plagados de sumideros ocultos y depredadores al acecho, donde un solo paso en falso podía significar la perdición. Ahora, todas las advertencias se agolpaban en su mente, amplificando el miedo que sentía. Perder a Luna aquí era impensable, pero las probabilidades eran inquietantes.

Aguzando el oído en busca de cualquier señal de su familiar gemido, Marcus se adentró en el pantano, guiado únicamente por una vacilante esperanza. Cada nudosa raíz de árbol y cada camino lleno de barro ponían a prueba su determinación. Con las sombras acercándose, juró que ningún peligro le impediría encontrar a su amada compañera.