El Dr. Gerard realizó la operación con determinación y precisión. Cuando el Dr. Gerard sacó al bebé gorila del vientre de Lola, el recinto se llenó de jadeos.
El bebé era más pequeño de lo normal, con rasgos distintivos como una cabeza grande y extremidades alargadas. El bebé lanzó un grito débil pero inconfundible, señal de vida y esperanza.