Lola estaba embarazada, pero el bebé estaba obstruido por la masa de plástico. El Dr. Gerard y la Dra. Stone se dieron cuenta de que el embarazo de Lola era complicado. La posición del feto planteaba riesgos tanto para Lola como para su bebé, por lo que era necesaria una preparación cuidadosa para un parto complicado. El personal del zoo apoyó el procedimiento, proporcionando todo lo necesario.
A medida que se acercaba la fecha del parto, los veterinarios vigilaron de cerca a Lola, asegurándose de que estuviera cómoda y recibiera una dieta nutritiva. Llegó el día del parto y el equipo se preparó para practicar una cesárea debido a la inusual posición del feto.