Un ex perro policía ladra al ataúd de su antiguo dueño y revela el secreto que se llevó a la tumba

Miró a su alrededor, pero todo el mundo parecía creerse aquellas palabras. El silencio ensordecedor de hacía unos minutos se rompió con suaves murmullos de comprensión y asentimientos. Los rostros de la gente se suavizaron, sus expresiones pasaron de la conmoción a una mirada más indulgente. Pero Jason se sentía aislado, como si fuera el único en un mar de incredulidad.

¿Qué estaba haciendo? ¿Por qué intentaba tranquilizarlo? ¿Su preocupación era sincera o sólo quería impedir que hablara? Un sinfín de pensamientos le rondaban por la cabeza. Sabía que tenía que actuar. Ahora era el momento.