Un ex perro policía ladra al ataúd de su antiguo dueño y revela el secreto que se llevó a la tumba

Sintiendo una mezcla de frustración e impotencia, Jason decidió que era hora de irse. Salió lentamente de la iglesia, con la mente hecha un torbellino de pensamientos y emociones. Mientras se dirigía a casa, sus pensamientos volvían una y otra vez al agente Calvin. Había algo en el comportamiento de Calvin que le molestaba, un sutil pero inconfundible parpadeo en sus ojos que Jason no podía ignorar. ¿Escondía algo Calvin? ¿Sabía más de lo que decía?

A cada paso, la mente de Jason repetía los acontecimientos del verano pasado. Los secretos con los que había tropezado entonces parecían ahora piezas de un rompecabezas que no terminaba de encajar. La duda nublaba sus pensamientos y no podía deshacerse de la preocupación que había arraigado en lo más profundo de su ser. Cuanto más pensaba en ello, más se daba cuenta de que esos secretos podían ser la clave para comprender lo que realmente le había ocurrido a su padre.