Decidido a obtener respuestas, Jason sintió la urgencia que pesaba sobre él. Esta incertidumbre era insoportable. En lugar de unirse a la multitud para abandonar la iglesia, dio media vuelta y se acercó a los agentes de policía. Estaban en medio de una frenética discusión, claramente sorprendidos por los recientes acontecimientos.
En medio del caos, las voces se solapaban cuando todos hablaban a la vez, sin dejar que los demás terminaran sus pensamientos. Todos estaban ansiosos por encontrar respuestas, debatiendo animadamente sus próximos pasos. Sin embargo, Calvin era la excepción. De pie, a un metro de distancia del grupo, miraba al suelo, pensativo, rascándose repetidamente la barba…