Sorprendentes imágenes reveladas: Una mujer graba en secreto una parada policial

En una fracción de segundo, Jenny decidió hacer lo mismo. En silencio, cogió el teléfono que llevaba oculto en el bolso. Con manos temblorosas, activó la cámara, asegurándose de orientarla discretamente para que el agente no se diera cuenta. Tenía que captar lo que estuviera a punto de ocurrir.

El agente se acercó de nuevo a su coche, con expresión severa e inflexible. Jenny notaba cómo aumentaba la tensión. Al llegar a la ventanilla, su mano salió disparada y la agarró con fuerza del brazo. Sorprendida por la repentina agresión, lanzó un grito agudo. «He dicho que salgas del coche», le ladró con voz impaciente y autoritaria. Estaba claro que no iba a aceptar un «no» por respuesta. Con la cámara apagada, pensó que podía usar otros métodos para hacerla cooperar.