La intensa presión de las últimas horas por fin se estaba aliviando, lo que permitió al capitán centrarse en asegurarse de que todo estaba en orden para la llegada del personal de la Guardia Costera. Cuando llegaron los guardacostas, la tripulación y los pasajeros los recibieron con una mezcla de vítores y cansancio.
El capitán condujo al equipo de guardacostas a la zona donde estaban retenidos los piratas y el saboteador. Los piratas, aún desorientados por el enfrentamiento anterior, se colocaron en fila bajo la atenta mirada del equipo de seguridad. El saboteador también fue adelantado.