Los piratas zarpan hacia el caos, ¡pero el capitán Richard tiene otros planes!

El fuerte estruendo y la nube de humo que siguió hicieron que pareciera que el yate había sido alcanzado por una pequeña explosión, lo que aumentó el pandemónium. La tripulación, muy animada, observa divertida cómo los piratas restantes son detenidos con facilidad.

A pesar del caos y de algún que otro descuido, la tripulación consigue controlar la situación. Los piratas, ahora completamente avergonzados y sometidos, se quedaron contemplando su malogrado intento de rebelión, y sus anteriores bravuconadas fueron sustituidas por miradas y sonrisas avergonzadas.