Los piratas zarpan hacia el caos, ¡pero el capitán Richard tiene otros planes!

Los piratas restantes, desorganizados por el caos y la repentina aparición de la tripulación, fueron sometidos rápidamente. Su confusión, unida al abrumador número de captores, facilitó que el equipo pudiera contenerlos con eficacia.

Un pirata, un tipo corpulento con el ceño fruncido, intentó blandir una torpe espada contra sus captores. En lugar de ello, perdió el equilibrio y cayó sobre un montón de sacos de harina, emergiendo con una cara blanca y empolvada que le hacía parecer una aparición fantasmal.