Su encanto con los demás invitados era superficial, enmascarando su verdadera condescendencia. Con un cóctel en la mano, Ethan disfrutó del elegante salón del yate mientras el sol bañaba la cubierta con un resplandor dorado. El suave balanceo del yate y el rítmico zumbido de sus motores se mezclaban con la tranquilidad del mar, creando una tarde relajante.
Laura, la esposa de Ethan, disfrutó de una exclusiva clase de cata de vinos para celebrar su 10º aniversario con una experiencia a medida que profundizó su amor por los buenos vinos. El entorno sereno y los exquisitos sabores hicieron que la celebración fuera realmente especial.