Los piratas zarpan hacia el caos, ¡pero el capitán Richard tiene otros planes!

Su voz resonó por todo el yate, ordenando a todos los pasajeros que buscaran refugio y cerraran las puertas. La idea de que los piratas se toparan con tripulantes o pasajeros desprotegidos le llenaba de pavor.

Para evitar más pánico o peligro, ordenó apagar los motores del yate, dejándolo a la deriva y vulnerable. Mientras la tripulación y los pasajeros se apresuraban a seguir sus órdenes, los piratas -armados con AK-47 y de gesto adusto- abordaron el yate con una precisión inquietante.