Mientras los piratas estaban preocupados, la atención del capitán Arale se vio atraída por otra caja que contenía aparatos electrónicos de gran valor. Mientras se inclinaba para inspeccionarla, Adam aprovechó el momento. Con un rápido empujón, hizo caer a Arale por un agujero oculto.
En el momento en que el capitán Arale desapareció en la trampa, la tripulación de Adam entró en acción. Salieron de sus escondites, moviéndose rápida y silenciosamente. Pillados desprevenidos, los piratas restantes tenían pocas posibilidades contra aquel equipo tan bien coordinado.