Un portacontenedores se topa con piratas, ¡pero lo que hace el capitán los deja a todos atónitos!

Los ojos del capitán Arale se entrecerraron, la sospecha y la codicia luchando en su interior. La promesa de un valioso botín era tentadora, pero sus instintos le advirtieron de un posible engaño. Tras un momento de tensión, asintió con la cabeza, accediendo a seguir a Adam pero manteniendo su arma apuntándole.

Adam le guió por el laberinto de contenedores del barco. Cada paso era deliberado, guiándolos más profundamente hacia su trampa. Mantenía un ritmo constante, sin delatar a nadie, al tiempo que permanecía muy atento a cada sonido y cada sombra.