Patrick trabajaba en la construcción y vivía al día. Sin embargo, cuando su hija le pidió que la llevara a un restaurante de lujo en el centro de la ciudad, Patrick no pudo evitar hacer realidad su deseo.
Había puesto sus turnos extra en el trabajo y había ahorrado durante meses para poder reservar una mesa privada con las mejores vistas para su niña, su ex mujer y él mismo para poder celebrar el quinto cumpleaños de Lily en familia.