Una necesidad para los trayectos nocturnos en los que tenía que atravesar las zonas menos recomendables de la ciudad, lidiando con conductores temerarios y borrachos ocasionales. Esa dashcam le había salvado en múltiples ocasiones al captar incidentes que podrían haberse vuelto fácilmente en su contra de no ser por las claras imágenes que proporcionaba.
Cogió el portátil y la dashcam del camión, con la tarjeta de memoria aún caliente. Patrick la conectó y movió los dedos con decisión mientras navegaba por los archivos de vídeo. Ahí estaban las imágenes de aquella tarde, nítidas como el agua.