Las palabras picaron, hiriendo profundamente las inseguridades que Patrick había intentado ocultar con tanto esfuerzo. Sintió una oleada de ira, un fuego ardiendo en su pecho ante sus actitudes pretenciosas, ante la audacia de su comportamiento.
Por un momento, Patrick consideró la posibilidad de enfrentarse a ellos, dejando que su ira se derramara en palabras que normalmente se guardaría para sí mismo. Pero entonces pensó en Lily, en sus ojos esperanzados esperándole dentro del restaurante. No podía dejar que esas chicas arruinaran el poco tiempo que le quedaba.