Todos esos años de trabajo dieron sus frutos para Salazar, aunque en realidad no fueran para ella en absoluto. Según ella, lo más importante era el gesto y el sentimiento de aprecio por su trabajo. Mientras siga trabajando, mantendrá la misma sonrisa. Siempre tratará a los demás como quiere que la traten a ella.
Fue un gran momento para ella, que se dio cuenta del efecto positivo que tenía en los demás, aunque fuera pequeño. Esta percepción le dio un nuevo propósito y motivación en su trabajo, recordándole que la amabilidad es muy importante.