62 años y un bebé: ¿es su nacimiento un milagro médico o algo más oscuro?

Sindy y Elaine estrecharon sus lazos. Que Elaine fuera su abuela tenía sentido para Sindy. Hablaban y reían más. Incluso empezó a llamarla «abuela». Se sentía bien. Este nuevo vínculo era cálido y fuerte. Era como un nuevo comienzo para las dos.

La escuela también se le hizo más fácil a Sindy, y el pueblo por fin dejó de molestarla. Comprender mejor a su familia la hizo sentirse mejor consigo misma. Ya no estaba confundida. Incluso sus notas mejoraron. La biología ya no era el enemigo. Una vez descubierto el secreto de su familia, Sindy se sintió más ligera y feliz.