John trató de aliviar la tensión, con voz temblorosa. «Sindy, vamos a calmarnos. Tiene que haber una explicación» Pero Sindy aún no estaba dispuesta a calmarse. Esta situación ya había durado demasiado.
Laura, que había permanecido callada, estaba llena de emociones encontradas. Cada vez que Elaine y John eludían la verdad, le dolía profundamente. Ella sabía lo que era real, y era una carga pesada. Sentía como si estuviera a punto de estallar, contando por fin toda la historia.