Aquella mañana, Sindy estaba confusa y enfadada cuando se acercó a la mesa con el examen de biología en la mano. «Tenemos que hablar», anunció con voz temblorosa. La habitación se puso muy tensa. Todos en la familia sabían que una gran pelea que habían estado evitando estaba a punto de ocurrir.
«¡Esto no tiene sentido!» Sindy dijo esto mientras el papel del examen temblaba en sus manos. Sus padres, Elaine y John, intercambiaron una mirada rápida y algo nerviosa. Laura, que estaba inusualmente callada, apartó la mirada. La habitación se sentía tensa por todas las verdades no dichas y los secretos ocultos.