una anciana de 70 años pide un corte de pelo a la moda y se ríen de ella, ¡pero luego se arrepienten!

Era como si el universo conspirara contra ella en el que se suponía que iba a ser uno de los días más felices de su vida. Respiró hondo, tratando de serenarse, pero la creciente frustración era difícil de ignorar. No sabía que estos pequeños contratiempos no eran más que el principio de una serie de acontecimientos inesperados.

Emma llamó a su ayudante, con la esperanza de recibir noticias de al menos un cliente, pero su corazón se hundió al ver que no había ninguno. Con el corazón encogido y la mente estresada, se miró por última vez en el espejo, se arregló el maquillaje y esbozó una sonrisa decidida. Era su día especial y estaba decidida a afrontarlo con elegancia.