«¡Por fin!» Emma respiró aliviada al llegar al lugar donde se celebraba la fiesta de anuncio de su compromiso. Era un día monumental para ella, con la asistencia de todos sus amigos, familiares y parientes cercanos, así como de Aaron, su querido prometido.
Emma había soñado con este día desde que conoció a Aaron hacía cinco años. Sin embargo, de pie en el pasillo, su ánimo se vio empañado por los acontecimientos del terrible día que había sufrido. «Por fin estás aquí. Ahora todo va a ir bien», se susurró a sí misma, respirando hondo y esbozando una sonrisa radiante.
A pesar de sus temores iniciales, Emma entró en el local con una sonrisa alegre y una excitación nerviosa. Estaba lista para conocer a la familia de Aaron y ser la encantadora «futura novia». No se imaginaba que estaba a punto de encontrarse con algo tan impactante que le haría sentir como si le hubieran arrancado el suelo de cuajo.