Un enfermero decidió instalar una cámara oculta en el depósito de cadáveres. Lo Que Vio Le Dejó Sin Palabras

En el trabajo, durante la pausa para comer, Nathan instaló discretamente las cámaras y los sensores de movimiento en el depósito. Los colocó en las esquinas, detrás de los equipos, para que nadie se diera cuenta. Los sensores estaban pensados para rastrear animales domésticos, pero pensó que servirían perfectamente para detectar movimiento, tanto si se trataba de una persona como de algo más siniestro.

Terminó su tarea rápidamente, sin perder de vista el reloj para evitar sospechas. Sus manos temblaban mientras ajustaba las cámaras, una mezcla de miedo y determinación le impulsaba. No sabía lo que estaba a punto de descubrir, pero no podía seguir viviendo con miedo, no sin respuestas.